Presentación del congreso
El trabajo diario con niños y niñas con dificultades de aprendizaje a lo largo de más de 15 años, hizo que en 2011 me planteara cubrir la necesidad de juntar a profesionales de los sectores sanitario y educativo para tratar de aunar esfuerzos y criterios profesionales a la hora de abordar los problemas de aprendizaje y desarrollo de la infancia. Son muchos los tipos de dificultades a los que nos enfrentamos diariamente, unos derivados de problemas de carácter más biológico y otros con un tinte más emocional y social pero, a la larga, unos y otros alteran de manera importante el buen desarrollo de nuestros menores y es necesario ser consciente de que, tomemos la decisión terapéutica que tomemos, influiremos en el establecimiento de redes neuronales, que condicionarán su desarrollo y futura autonomía personal.
Que el cerebro es plástico y gracias a ello es posible aprender nuevas estrategias, conceptos y procedimientos, así como la rehabilitación de un daño cerebral, es algo de lo que todos somos conscientes y conocedores. Pero quizá lo que no todos tenemos presente cuando trabajamos con niños, tengan o no dificultades de la índole que sea, es que todas nuestras acciones tienen, para bien o para mal, repercusión en los procesos de su desarrollo cerebral. A veces probamos nuevas metodologías, miles de actividades, el uso de las tics, la iniciación temprana de la lectoescritura y muchas cosas más para intentar mejorar el rendimiento de nuestros alumnos y facilitar su aprendizaje sin pararnos a pensar en que, o sabemos las bases mínimas del funcionamiento y desarrollo cerebral, o es realmente difícil hacer intervenciones centradas en la individualidad de cada niño.
No todo es una cuestión neurobiológica en el rendimiento académico de los niños porque los factores familiares, sociales y emocionales juegan un papel clave, y sabemos que cuando hay una alteración del aprendizaje, necesitamos poder determinar, en la medida de lo posible, cuál es su origen, y últimamente hay una tendencia, me atrevería a decir incluso que abusiva, a medicalizar los problemas de aprendizaje desde una mala justificación de déficits de funcionamiento cerebral. Es por ello que creo firmemente en la necesidad de la formación del profesorado y demás profesionales que tratamos estos temas para saber cómo buscar el origen de un bajo rendimiento académico y evitar recurrir precipitadamente al uso de fármacos que tan en tela de juicio está dentro de la comunidad científica.
En esta edición abordaremos aspectos como la relación del procesamiento emocional y aprendizaje, las implicaciones del procesamiento e integración de la información sensorial en el desarrollo y el aprendizaje, así como la relación entre desarrollo motor y cognición. Una cita imprescindible que nos ayudará a comprender mejor a los niños y nos proporcionará herramientas e ideas para nuestro trabajo diario, pues en esta edición contamos con tres talleres donde se abordarán estos aspectos.
Teresa Solís Bertrán de Lis
Directora del Congreso de Neuropsicología en la Escuela
Directora de Sinapsis, Centro de Pedagogía Terapéutica y Rehabilitación
Pedagoga especialista en neuropsicología y rehabilitación del daño cerebral.